Cuando lo vieron, conspiraron contra él. No fue en un calor, o por una provocación repentina, que pensaron matarlo, sino por malicia previa y a sangre fría. He aquí, viene este soñador hebreo, este maestro de los sueños; que cubre sus propios ambiciosos deseos y designios, con pretensiones y ficciones de sueños. ¡Vea el progreso del vicio! Por envidia y malicia procedieron a conspirar contra la vida de su hermano, ¡y luego idearon una mentira para imponerla a su propio padre!

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