Recordó los sueños Pero ellos los habían olvidado. El depositar los oráculos de Dios en nuestro corazón nos será de gran utilidad en toda nuestra conducta. José tenía un ojo puesto en sus sueños, que sabía que eran divinos, en su carruaje hacia sus hermanos, y apuntaba a cumplirlos, y llevar a sus hermanos al arrepentimiento; y ambos puntos se ganaron.

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