El vino nuevo se lamenta , etc. En estos versículos tenemos una descripción, en lenguaje metafórico, de la ruina y la desolación provocada por un enemigo destructivo en una tierra que alguna vez fue floreciente. El vino, en sentido figurado, se lamenta, porque no hay nadie, o ninguno, salvo enemigos de Dios e Israel para beberlo. La vid languidece, porque no queda pueblo para labrarla ni recoger sus uvas; o porque el enemigo la destruye y la echa a perder. En otras palabras, los viñedos son destruidos y los frutos de la tierra consumidos por invasiones hostiles.

Cesa el regocijo de los panderos. No hay lugar para el regocijo o el regocijo, y mucho menos para las expresiones habituales de él, cuando los hombres están bajo tan grandes calamidades. No beberán vino con cántico. Los que dominen el vino en medio de esta escasez no tendrán corazón para beberlo, ni, si se emborracha, podrá alegrar sus ánimos en medio de tan grandes angustias.

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