Una voz del clamor de los pastores Esas son en verdad grandes calamidades que infunden tal terror en los grandes hombres y los ponen en esta gran consternación. Porque el Señor ha saqueado los pastos en que apacentaban sus ovejas y de donde se alimentaban; estropear esto les hace gritar así. Siguiendo la metáfora del rugido de un león, el profeta alude al gran susto en el que se sienten los pastores cuando oyen un león rugiente que se acerca a ellos y descubren que ni ellos ni sus rebaños pueden escapar. Y las habitaciones pacíficas se cortanAquellos que solían estar tranquilos y no molestados, que habían vivido durante mucho tiempo en paz y seguridad, ahora estarán expuestos a todas las calamidades de la guerra, y por ello serán destruidos; o, los que solían ser pacíficos, y no molestar a ninguno de sus vecinos, ni provocar a ninguno, aún no escaparán. Este es uno de los efectos nefastos de la guerra, que incluso aquellos que son más inofensivos e inofensivos, a menudo sufren cosas difíciles. Bendito sea Dios, hay una morada pacífica arriba para todos los hijos de paz, que está fuera del alcance del fuego y la espada.

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