Desata las ataduras de los reyes. Les quita el poder y la autoridad con que gobernaban a sus súbditos; los gobernó con rigor, quizás los tiranizó y esclavizó: y los despoja de esa majestad que les había estampado y por la que tenían a su pueblo atemorizado. Dios puede quitarlos, y con frecuencia lo hace, y así liberar a la gente de sus ataduras, de las cuales tenemos abundantes ejemplos en la historia de diferentes naciones; y ciñe sus lomos con un cintoLos reduce a una condición mezquina y servil; que así se expresa, porque los sirvientes solían ceñir sus ropas (que, a la manera de aquellas partes del mundo, eran sueltas y largas), para que estuvieran más aptas para atender a sus amos: no sólo las destituye de sus tronos, pero los lleva a la esclavitud.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad