Sus tropas se juntan en Mis aflicciones, que no son más que instrumentos de Dios y soldados que marchan bajo su conducta; y levantan contra mí su camino. Echa un terraplén, o abre una trinchera a mi alrededor, como un ejército que asedia un lugar; o levantar una calzada o camino, como suelen hacer los pioneros, en terrenos bajos y pantanosos, para la marcha de un ejército: es decir, Dios quita todos los impedimentos del camino y me deja expuesto a problemas y calamidades de todo tipo.

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