Lo ven los justos, a quien Dios a menudo perdona en las calamidades comunes, y les da a ver la destrucción de los impíos; como Noah, Lot, etc. Y se alegran No porque insulten o se regocijen por la ruina de cualquier hombre, sino porque se deleitan en la vindicación del honor, la justicia y la santidad de Dios, que está relacionada con la destrucción de sus enemigos, y que es, y debería serles más querido que todos los intereses de los hombres. Y los inocentes se ríen de ellos para despreciarlos con justicia se burlan de ellos, por sus vanas y fuertes confidencias, que ahora están destruidas; por su desprecio profano de la ira y los juicios de Dios, que ahora sienten; y por sus profundos y astutos consejos, que ahora se frustran y se vuelven contra ellos mismos.

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