Son exaltados por un tiempo. Viven en honor y prosperidad, pero no para siempre; es sólo, a lo sumo, durante esta corta y mortal vida, que dura muy poco tiempo; y, por tanto, su felicidad presente no es de envidia; tampoco es un reproche a la providencia de Dios, que tiene tiempo suficiente para contar con ellos en el más allá; pero se han vuelto hebreos, איננו, einennu, no lo son; es decir, en este mundo, mueren. Y son abatidos tan bajo como sus tumbas. Son sacados del camino Fuera de este mundo; como todos los demás , no pueden prevenir o retrasar su muerte más que los hombres más malos del mundo: y cortarPor la hoz de la muerte, quizás por la mano de la violencia; como las puntas de las mazorcas de maíz en su mayor altura y madurez; cuando llegan a su estatura perfecta de poder y gloria mundanos, entonces Dios los corta, y eso de repente e inesperadamente.

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