He aquí, has instruido a muchos. Es bien sabido que has dado buenos consejos a otros, enseñándoles las lecciones que, al parecer, no has aprendido ni practicas, es decir, a soportar con paciencia las aflicciones y a someterte a Dios. voluntad y providencia en todas las cosas. Y fortaleciste las manos débiles, animaste a los desanimados; ha administrado consejos, apoyos y consuelos a quienes no pudieron soportar sus cargas o cumplir con su deber.

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