¿Cuánto menos le responderé? Ya que ninguna criatura puede resistir su poder, y ningún hombre puede comprender sus consejos y caminos, ¿cómo puedo contender con él? responder a sus alegaciones y argumentos producidos en mi contra? A quien, aunque yo era justo, aunque tenía una causa más justa, y no era consciente de ningún pecado; sin embargo, no respondería. Es decir, no me atrevo a defender mi causa ni a mantener mi integridad ante él, porque él me conoce mejor que yo mismo, y porque estoy enteramente en sus manos y a su merced. Pero suplicaría a mi juez que juzgara favorablemente de mí y de mi causa, y no según el rigor de su justicia.

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