Sin embargo, le devolvió el dinero a su madre. Aunque ella le permitió quedárselo, él persistió en su resolución de devolverlo para que ella pudiera disponer de él como quisiera. Su madre tomó doscientos siclos y reservó novecientos para el efod, o terafines, u otras cosas relacionadas con este culto.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad