He aquí, aquí está mi hija , etc. El dueño de la casa llegó por fin a la resolución de que era menos perverso prostituir a las mujeres para sus concupiscencias que al levita. El dilema al que se vio reducido era en verdad espantoso, sin embargo, no debe justificarse en la propuesta que hace, como tampoco se justificaría Lot en un caso similar, al ofrecer a sus dos hijas para satisfacer las concupiscencias de los hombres. de Sodoma. Aunque de dos males debemos elegir el menor, sin embargo, como hemos observado allí, "no debemos elegir entre dos pecados, ni hacer nunca el mal para que venga el bien".

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad