El séptimo mes Respondiendo parte a nuestro septiembre y parte a nuestro octubre; cuando hubieron recogido todos sus frutos y estuvieron más libres para el servicio de Dios. Esta vez Dios eligió para esta y otras fiestas, aquí misericordiosamente condescendiendo a las necesidades y conveniencias de los hombres. Este ayuno comenzó en la tarde del noveno día y continuó hasta la tarde del décimo. Vuestras almas Vosotros mismos, ambos cuerpos, por la abstinencia de comida y otras delicias; y vuestras mentes, por el dolor por los pecados anteriores, que, aunque amargo, es voluntario en todos los verdaderos arrepentidos, de quienes se dice aquí que se afligen a sí mismos o que están activos en la obra.

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