Cuídense de los escribas. Procure no imitar su hipocresía, ni asimilar sus principios, y estar en guardia contra sus insidiosos consejos y designios. Había una absoluta necesidad de estas repetidas advertencias de nuestro Señor. Porque, considerando los prejuicios inveterados de estos escribas contra él y su doctrina, nunca podría suponerse que la gente común recibiría el evangelio hasta que estos blasfemos incorregibles del mismo fueran llevados a la desgracia. Sin embargo, demoró hablar de esta manera hasta un poco antes de su pasión, porque sabía qué efecto produciría rápidamente. A los que les encanta ir con ropa larga , etc. Aquí nuestro Señor asigna la razón por la que pidió a sus discípulos que se cuidarande imitarlos. Eran excesivamente orgullosos y arrogantes, como era evidente por la gravedad afectada de su vestimenta, por la ansiedad que descubrieron por obtener los asientos principales en las fiestas y todas las reuniones públicas, como cosas que les pertenecían, a causa de su valor superior, y de su cortejo para ser saludados en las calles con muestras particulares de respeto, y ser tratados con los títulos sonoros de rabino, padre y maestro; pensando en tales reconocimientos públicos de sus méritos debidos a todos los que los conocieron.

A este su excesivo orgullo, los maestros judíos añadieron una codicia y una sensualidad ilimitadas, que no permitieron que se les escapara la sustancia ni siquiera de las viudas. Pues el evangelista nos informa que devoraron las casas de las viudas , se apoderaron de sus bienes mediante diversos actos de engaño, y vivieron lujosamente en ellos. Y como pretexto Para cubrir sus inmoralidades clamorosas; hizo largas oraciones con una gran muestra de piedad, con la esperanza de atraer la estima y la confianza de los demás, para que tuvieran la mayor oportunidad de herirlos y defraudarlos. Estos recibirán la mayor condenaciónSu complicada maldad, particularmente haciendo de su supuesta piedad un manto de su codicia y lujo, les costará caro; y serán castigados más espantosamente que si nunca hubieran rezado en absoluto, ni hubieran hecho ninguna pretensión religiosa. Ver notas sobre Mateo 23:1 .

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