Salió de nuevo como a la hora sexta y novena al mediodía y a las tres de la tarde; e hizo lo mismo, envió a otros a trabajar con la misma promesa general de darles todo lo que razonablemente pudieran esperar. Así, muchos de los judíos fueron traídos a la Iglesia cristiana, la viña del Señor, por la predicación de los apóstoles, después del descenso del Espíritu Santo, primero en Judea y luego en diferentes partes del mundo; y muchos en un estado de madurez, y algunos en años declinantes, han obedecido en épocas pasadas el llamado del evangelio, y no pocos, en los mismos períodos de la vida humana, lo obedecen en la época actual en este país y en otras partes de la tierra, donde se predica el evangelio con el Espíritu Santo enviado del cielo.

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