Hasta que salga por tu nariz , es decir, hasta que tus apetitos impacientes se hayan saciado; y por otro ejemplo de poder divino, quedará convencido para su vergüenza de cuán irreligiosa, desconfiada e ingratamente ha actuado para con Dios en medio de todas sus providencias misericordiosas para con usted. La expresión presenta una idea muy fuerte, aunque desagradable, de saciedad y hartazgo, cuando el estómago sobrecargado se desahoga en la boca y las fosas nasales. Habéis despreciado al Señor. Habéis estimado con ligereza su bondad y sus múltiples bendiciones; has despreciado y desconfiado de sus promesas y providencia después de tan larga y extensa experiencia. El Señor que está entre ustedesQuien esté presente y residente contigo, para observar todo tu transporte, y para castigar tus ofensas. Esto se suma como gran agravante del delito, al pecado en presencia del juez. ¿Por qué salimos de Egipto? ¿Por qué Dios nos hizo tal daño? ¿Por qué lo obedecimos tan tontamente al salir?

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