El que busca diligentemente el bien para hacer el bien a todos, según tenga la oportunidad; que se opone a que un hombre se contente con deseos perezosos o esfuerzos fríos y descuidados; procura el favor de Dios y de los hombres; pero el que busca el mal, para hacer daño o daño a otros; vendrá a él. Será recompensado, ya sea por la malicia y la venganza de los hombres, o por el justo juicio de Dios.

El que confía en sus riquezas como su protección, o porción y felicidad; caerá como una hoja seca; pero los justos que hacen de Dios solo, y no de las riquezas, la base de su confianza y fuente de su felicidad; florecerá como una rama , es decir, una rama verde y fructífera.

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