El impío es alejado del favor y la presencia de Dios, y de la sociedad de los justos, y de todas sus esperanzas de felicidad, tanto en esta vida como en la próxima; en su maldad O, por su maldad. El hebreo, sin embargo, ברעת, está literalmente en su maldad; y se entenderá la maldad del castigo: en el día de su angustia, cuando huya a Dios en busca de ayuda, será expulsado de él. Pero el justo tiene esperanza en su muerte, en sus mayores peligros y angustias; sí, incluso en la muerte misma tiene esperanza de ser librado o de una gran y eterna ventaja por lo que sufre.

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