Las acciones del hombre son del Señor.Todos los propósitos y acciones de los hombres están tan completamente sujetos al control de la providencia dominante de Dios, y tan susceptibles de ser frustrados o cambiados, como él verá bien, y de ser dirigidos a fines tan distantes de aquellos que ellos quieren. pensado y pretendido, que es imposible para cualquier hombre saber cuál será el evento de cualquiera de sus empresas. La intención de este proverbio es mostrar que los acontecimientos de la vida humana no son ordenados ni previstos por el hombre, sino únicamente por la providencia de Dios; y por lo tanto, que los hombres solo deberían preocuparse por cumplir con su deber, y luego depender silenciosamente de Dios para obtener un buen resultado en sus esfuerzos.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad