No salgas apresuradamente a luchar para contender con tu prójimo judicialmente o de otra manera; especialmente, tómese un tiempo para considerar tanto si su causa es buena y si es importante, como también cómo manejarla, antes de iniciar una acción judicial contra él; reflexionar sobre la certeza del gasto y la incertidumbre del éxito, y cuánto cuidado y aflicción ocasionará; para que no sepas qué hacer , etc. No sea que, en la conclusión, desees que el asunto no haya comenzado, cuando él te avergüence abiertamente, mostrando que lo has demandado injustamente, o por una nimiedad. Discute tu causa con tu vecino. Si tienes alguna disputa con él, primero trata de componerla por medio de una conversación privada con él. Y no descubras ningún secreto, ningún secreto;a otro. Que ningún calor de discordia te provoque a divulgar ninguno de sus consejos secretos confiados a tu confianza, ni a reprocharle ninguna de sus faltas secretas, como es habitual en los pleitos y otras contiendas.

O las palabras pueden ser traducidas, No descubras el secreto; a saber, la diferencia secreta entre tú y él; que se acabe secretamente entre vosotros y que no se imparta a ningún otro. No sea que el que te oiga te avergüence por tu flagrante violación de las leyes de prudencia, justicia, caridad y amistad en ellas; Y tu infamia no se apartará, Y esa deshonra que tú diseñaste contra otro, caiga y sea sujeta a ti mismo.

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