Confía en el Señor con todo tu corazón, confía total y firmemente en la sabiduría, el poder y la bondad de Dios, y en su providencia y promesas, para que te oriente y te ayude en todos tus asuntos y peligros. No te apoyes en tu propio entendimiento. No pienses en realizar tus designios con la fuerza de tu propio entendimiento, sin la bendición de Dios. Bajo este tipo de confianza carnal, comprende todos los demás, como la confianza en la fuerza corporal, la riqueza o los amigos. En todos tus diseños y proyectos, respetando tanto las cosas de esta vida como las de la venidera; Reconócelo hebreo, דעהו, conocerlo , es decir, prácticamente; o poseerlo, su sabiduría, siguiendo sus consejos; su poder y bondad, al esperar el éxito de él; su soberanía, administrando todos tus asuntos de tal manera que lo agrades y lo glorifiquen; y él enderezará tus pasos para que tus caminos sean seguros y buenos, y al fin tengan un resultado feliz.

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