No acuse a un sirviente ante su amo sin causa suficiente, porque de lo contrario, en algunos casos, esto puede ser un deber. Como si hubiera dicho: La condición de un sirviente es en sí misma mezquina y miserable, y por lo tanto no debes empeorarla sin una gran y aparente necesidad. Para que no te maldiga. Desea que Dios te castigue, lo cual, aunque pudiera ser pecaminoso en él, sin embargo, siendo merecido por ti, tendrías razón para temer y esperar; y serás hallado culpable por Dios, que siempre está dispuesto a defender la causa de los afligidos.

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