AM 2962. BC 1042.

Aunque este Salmo no tiene título en hebreo, todas las versiones antiguas, excepto la caldea, se lo atribuyen a David: “y ciertamente”, dice el Dr. Dodd, “los pensamientos y expresiones de él en todo momento, y especialmente en la primera parte de son tan elevados y grandiosos, que bien puede suponerse la composición del profeta real. Se permite universalmente que sea uno de los mejores poemas que tenemos sobre las obras de la creación y la providencia de Dios. El obispo Lowth observa, en su 29ª Prelección, que "no hay nada existente que pueda concebirse más perfecto que este Salmo". El Dr. Delaney ha dado su opinión, que fue compuesta por David, mientras estaba en el bosque de Hareth, donde estaba rodeado de esas escenas que tan bellamente describe. “Después de algunas observaciones generales”, dice él, “sobre las obras y la sabiduría de Dios en la creación, desciende a los siguientes detalles: el nacimiento de los manantiales, el curso de los ríos, los retrocesos de las aves y las fieras de los bosques y montañas; las vicisitudes de la noche y el día, y sus diversos usos para el mundo animal; la dependencia de toda la creación del Todopoderoso para ser y subsistir. 

Él les quita el aliento y mueren; respira y reviven; él abre su mano, y los alimenta, los satisface a todos a la vez. Éstas son ideas que le son familiares; y su manera de presentarlos muestra claramente que son el efecto de sus meditaciones más retiradas, en sus vagabundeos solitarios ”. Vida de David, libro 1. cap. 13. p. 138. Para ser más particular, el salmista expone la sabiduría, el poder y la bondad de Dios, mostrados en los cielos y la tierra, Salmo 104: 1-9 . En las diversas provisiones hechas para las bestias, las aves y el hombre, el señor de todo, Salmo 104: 10-18 . En las revoluciones de los cuerpos celestes y los consiguientes intercambios de día y noche, trabajo y descanso, Salmo 104: 19-24. En el mar y todo lo que se mueve en o sobre las aguas, Salmo 104: 25 ; Salmo 104: 26 . La dependencia de toda la creación de Dios, Salmo 104: 27-30 . La gloria que el Creador recibe de sus obras, el placer que siente en ellas y el poder que tiene sobre ellas, Salmo 104: 31 ; Salmo 104: 32 . El salmista declara su resolución de alabar a Jehová y predice la destrucción de aquellos que descuidan hacerlo, Salmo 104: 33 ; Salmo 104: 34 .

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