Tus estatutos han sido mis cánticos El asunto de mis cánticos, mi deleite y mi diversión; en la casa de mi peregrinaje En este mundo presente, en el que soy peregrino, como lo fueron todos mis padres. He recordado tu nombre, tu naturaleza santa y tus atributos; tu palabra bendita y tus maravillas; en la noche, cuando las tinieblas asustan a los demás, me complació recordarte; y cuando otros se entregaban a dormir, mis pensamientos y afectos trabajaban hacia ti; y he guardado tu ley. Este fue el fruto de mi serio recuerdo de ti. Este tuve Este recuerdo cómodo y provechoso de tu nombre y estatutos; porque guardé tus preceptos Que si lo hubiera quebrantado deliberada y perversamente, el recuerdo de estos habría sido motivo de dolor y terror para mí, como ahora es una fuente de paz y consuelo.

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