Probad y ved que el Señor es buenoEs decir, bondadoso, misericordioso y misericordioso, es decir, con todo su pueblo. La bondad de Dios, de la que se habla aquí, incluye tanto la amabilidad y benevolencia de su naturaleza, como la generosidad y beneficencia de su providencia y gracia; y, al llamarnos a probar y ver esto, el salmista quiere decir que debemos considerarlo seria, completa y cariñosamente, y probarlo por nuestra propia experiencia; que se opone a esos pensamientos ligeros y desvanecidos que los hombres suelen tener de la bondad divina. No es suficiente que lo encontremos como un generoso benefactor para nosotros, sino que debemos saborear y deleitarnos en su bondad manifestada en y por sus dones, y en la contemplación de sus infinitas perfecciones y amor ilimitado; y debe estar tan convencido y persuadido de su bondad, como para animarlo, en el peor de los tiempos, a confiar en él,

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