No están en problemas como los demás hombres. Se escapan incluso de las calamidades más comunes. Por tanto, el orgullo los rodea. Se descubre por todos lados, en sus rostros, en sus palabras, en sus comportamientos. Sus ojos se destacan con gordura. Viven en gran abundancia y prosperidad. Son corruptos, disolutos y licenciosos, que sueltan las riendas de toda clase de maldades. Y hablar malvadamente acerca de la opresión, jactándose malvadamente de sus opresiones; ya sea de lo que han hecho, o de lo que pretenden hacer de esa manera. Hablan con arrogancia, presumiendo de sus propias fuerzas y despreciando tanto a Dios como a los hombres. Ponen su boca contra el cieloEs decir, contra Dios, blasfemar su nombre, negar o burlarse de su providencia, injuriar a sus santos y siervos. Su lengua camina por la tierra Utilizando toda clase de libertad, presentando y reprochando a todo tipo de personas, sin importarle a quién desagradan o lastiman con ello.

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