No guardes silencio, oh Dios, ruega por nosotros, no con palabras, sino con tus acciones; No calmes En hebreo, אל תחרשׁ, al techeresh: no seas sordo a nuestras oraciones, ya las blasfemias de tus enemigos y de los nuestros. No estés quieto, es decir, inactivo y despreocupado por nosotros. Porque he aquí, tus enemigos , quienes no sólo son enemigos de nosotros, tu pueblo, sino también de tu voluntad, tu nombre y tu gloria; haced tumulto יהמיון, jehemajun, furor y rugido , como las olas del mar, o, haced un estruendo tumultuoso , ambos con la lengua, reprochándonos y amenazándonos, y con sus brazos. Y has levantado la cabeza Se vuelven poderosos, insolentes y desdeñosos.

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