Alegra el alma de tu siervo. Sólo Dios puede infundir alegría en el corazón y alegrar el alma; y es un privilegio de sus siervos tener gozo , así como paz, al creer: y pueden orar con fe, no solo para que Dios preserve sus almas, sino que goce sus almas, y luego el gozo de la Señor será su fuerza. Porque a ti elevo mi alma. Entonces podemos esperar consuelo de Dios, cuando nos encargamos de mantener nuestra comunión con él: la oración es la nodriza del gozo espiritual. Porque tú, Señor, eres bueno. No menos generoso que yo soy indigente, lo cual es un gran estímulo para mí al llamarte;y dispuesto a perdonar a los que te han ofendido; y lleno de misericordia para con todos los que te invocan. Siempre dispuesto a mostrarles abundante bondad en sus angustias, cuando con sincero deseo y verdadera fe te invoquen.

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