Un segundo, como un oso: estos animales no sólo son emblemas de fuerza y ​​poder, sino que se debe permitir que se utilicen aquí con una propiedad peculiar. Este segundo, es el reino de los medos y persas; y los osos más grandes se encontraron en Media, un país montañoso, áspero y frío, cubierto de bosques. Los medos y los persas se comparan con un oso, debido a su crueldad y codicia por la sangre; un oso es un animal de lo más voraz y cruel. El parecido entre los persas y los ososha sido llevado a grandes extremos por autores eruditos; que suponen que se parecen entre sí en su glotonería, en la notable longitud de su cabello, en la inquietud de su disposición, etc. Pero la principal semejanza consistió en lo que hemos mencionado anteriormente; y que esta semejanza fue principalmente intencionada por el profeta, puede inferirse del texto mismo; Levántate, devora mucha carne. Aristóteles llama al oso un animal omnívoro o devorador de todo; y Grocio nos informa que los medopersas eran grandes ladrones y saqueadores; según Jeremias 48:47 . Véase también Isaías 13:18. Calmet observa que los persas han ejercido el dominio más severo y cruel que conocemos. Los castigos utilizados entre ellos engendran horror en quienes los leen. Obispo Newton.

Y tenía tres costillas, etc.— Y tenía tres gargantas. Houbigant; quien observa, que estas tres gargantas son aquellas por las que absorbió a Ciro, y tuvo en su poder los tres imperios de los caldeos, medos y persas. Estos animales denotan no tanto reinos, como los fundadores de reinos; porque en el versículo 17 se le dice a Daniel: Estos cuatro animales son cuatro reyes. Sir Isaac Newton y el obispo Chandler explican estas tres costillas, de los reinos de Babilonia, Lidia y Egipto, que fueron conquistados por esta bestia; pero no eran propiamente partes y miembros de su cuerpo. Podrían llamarse costillas,dice el obispo Newton, ya que la conquista de ellos fortaleció mucho el imperio persa; y podría decirse que estaban entre los dientes del oso, ya que los persas los molieron y oprimieron mucho. Vea sus Disertaciones, vol. 1: pág. 446-448.

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