Ver. 4, 5. En el monte Ebal - El Dr. Parry ha dado un giro muy justo a este pasaje, comentando bien de Noldius, que no debemos leer en el monte Ebal, sino POR el monte Ebal, como, en los versículos 12 y 13, UPON el monte Gerizim, y SOBRE el monte Ebal, deberían estar POR el monte Gerizim y por el monte Ebal; y, por consiguiente, encontramos que cuando se cumplió este mandamiento, las tribus no estaban sobre los montes, sino en la llanura entre ellos; la mitad de ellos frente al monte Gerizzim, y la otra mitad frente al monte Ebal. Josué 8:33. Y en medio de este llano, lo más probable es que se erigiera el altar; el mismo lugar, como hay grandes razones para creer, donde Abraham erigió su primer altar en la tierra de Canaán. Ver Génesis 12:6 . Pero como toda ley se comprende mejor por la manera en que la ejecutan aquellos a quienes se entrega, posponemos cualquier observación adicional sobre el tema hasta que lleguemos a Josué 8:30 ; mientras tanto, refiriendo a aquellos que se inclinan a profundizar en el tema al Dr.

La segunda disertación de Kennicott y el caso del Dr. Parry entre Gerizzim y Ebal declararon justamente: observando únicamente, con respecto a estas dos montañas, que representaban adecuadamente las bendiciones y maldiciones entregadas cerca de ellas. Estaban situados en el centro de la tierra prometida, en la tribu de Efraín, entre Dan y Beerseba; teniendo entre ellos una pequeña ciudad, antiguamente llamada Siquem, o Siquem, pero después Neapolis, y ahora Naplose. Gerizzim se encuentra hacia el sur, con su superficie declinando hacia el norte, y está protegido del calor del sol por su propia sombra; mientras que Ebal,mirando hacia el sur, está más abierto al sol, cayendo directamente sobre él. El primero está, por tanto, revestido de un bello verdor; mientras que la superficie de este último está quemada y sin fruto. Gerizzim abunda en manantiales, jardines y huertas; Ebal está desnudo y estéril como una roca. Esta diferencia en las caras de las dos montañas ha hecho pensar a algunos que los mismos nombres Gerizzim y Ebal denotan fecundidad y esterilidad; y su apariencia expresa con fuerza lo que era apropiado para la ceremonia de bendición y cuál para la de la maldición.

Ver Maundrell p. 61 y la disertación de Reland sobre Gerizzim. Observaríamos además, en confirmación de la interpretación dada anteriormente, que como este altar era común a todas las personas, no es probable que debiera haber sido colocado en una montaña con preferencia a la otra: ni es probable que debiera haber sido colocado en una montaña. ha sido colocado en una montaña, pero mucho más bien en la llanura; pues así era muy conveniente para los sacrificios y servicios; mientras que hubiera sido muy al contrario en cualquiera de estas montañas, que eran muy accidentadas y de fuerte ascenso. Ebal sólo se menciona en aras de la brevedad, como es habitual en el escritor sagrado; y como aparece en el contexto y lugares paralelos.

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