Acuérdate ahora de tu Creador, etc.— El primer punto que debe examinarse es dónde comienza la descripción de la vejez que se da en este capítulo. La mayoría de los intérpretes, que comienzan con estas palabras en el primer versículo, los años se acercan, etc. o, al menos, con la mención que hace Eclesiastés 12:2 del oscurecimiento del sol, la luz, la luna y las estrellas , se esfuerzan mucho en adivinar qué enfermedades particulares de la vejez pueden representar cada uno de estos fenómenos de mal tiempo. Pero esos dolores podrían haberse ahorrado. La imagen aquí presentada ante nosotros tiene un respeto demasiado manifiesto a lo que leímos unos pocos versículos antes, cap. Eclesiastés 11:7 para no reconocer alguna analogía entre ellos.Verdaderamente la luz es dulce, etc. Es evidente que ver la luz y contemplar el sol no se mencionan de otra manera que como emblemas propios de una vida próspera.

Y, de hecho, la luz y la oscuridad se encuentran entre las metáforas más frecuentes utilizadas por los hebreos para significar prosperidad y adversidad. Por tanto, cuando esa imagen se ofrece de nuevo, en una inferencia extraída de las premisas en las que había hecho su primera aparición, con esta única diferencia de que un afirmativo la atiende en un lugar y un negativo en el otro, es muy natural que debe entenderse como una vida dolorosa y calamitosa. Estar desprovisto de luz y vivir en un clima donde el cielo no se aclara después de la lluvia, sino que está tan continuamente cubierto de nubes, que no se puede ver ni el sol, la luna ni las estrellas, es tan desagradable como ver la luz. es dulce. Aquí se puede aplicar verdaderamente una observación del obispo Lowth, sobre un pasaje paralelo en Ezequiel 32:7 .Notae sunt imagina, frecuenta earum usus, certa significatio; ideoque perspicua, clara, vereque magnifica. * Por tanto, prefiero considerar este verso como una transición a la mención que se va a hacer de la vejez, que como parte de su descripción.

Si le tiene algún respeto, parece muy distante de esa época de la vida, ya que es dolorosa y desagradable; y ninguno en absoluto a las enfermedades particulares de las que es responsable. El diseño de Salomón fue inculcar la necesidad de cuidar a nuestro Creador, antes de que un curso constante de adversidad nos obligue a pensar en él. Pero como se podría haber objetado, que no es el destino de todo hombre caer en tales desgracias, era conveniente que, después de mencionarlas en términos generales, procediera a demostrar que, según el curso habitual de la naturaleza, ningún hígado largo puede evitar llevar, durante algún tiempo, una vida desagradable en cuanto a la naturaleza; en consecuencia, comienza, en el siguiente verso, a describir el estado al que por fin debe ser reducido un hombre que ha vivido muchos años.La división de esa descripción en tres partes, y las razones por las que considero la primera y la última sólo como poéticas, se considerarán en la siguiente nota. Véase Desvoeux y la 6ª Prelección del obispo Lowth.

* Las imágenes son impactantes, su uso frecuente, su significación cierta y, por tanto, perspicuas, claras y verdaderamente sublimes.

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