¿Qué tiene el pobre, etc.— ¿Qué le queda también al mendigo que sabe caminar delante de los vivos? El deseo del hombre sabio que trabaja es indudablemente ponerse más cómodo de lo que podría esperar, sin darse ningún tipo de molestia; sin embargo, cuando todo se considera debidamente, es evidente, por un lado, que el la deriva final de todas nuestras ocupaciones es ser abastecida con las necesidades de la vida; que así se expresa proverbialmente: Todo el trabajo del hombre es para su boca;y encontramos, por otro lado, que todo lo que el hombre más sabio puede consumir, o disfrutar realmente, no es más de lo que generalmente recae en la suerte de los más miserables entre los hombres; verbigracia. los que se ven obligados a mendigar el pan; siempre que se comporten de manera que no se excluyan de la beneficencia de otros hombres.

¿Qué le queda más al sabio que al ignorante? ¿Qué, o lo que le queda también al desdichado más miserable, que sabe caminar delante de los vivos? Así, el sabio tiene realmente una ventaja sobre el ignorante o el necio, que o no obtiene o, después de haberlo obtenido, no disfruta ( Eclesiastés 6:2 ) De las necesidades de la vida; pero esa ventaja no llena su alma ni satisface sus deseos; ya que no lo eleva por encima del nivel de aquellos que dependen de otros para su subsistencia, y que rara vez fallan en conseguirlo con una conducta adecuada, que el más trabajador logra mediante su trabajo y aplicación.

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