Traeré langostas a tus costas;Que esta terrible plaga, como las demás, fue milagrosa y sobrenatural, no cabe duda: sin embargo, los viajeros nos informan de tan horribles devastaciones cometidas por estos destructivos insectos, como muy ampliamente explica la descripción que da el sagrado escritor en el quinto, En los versos 6, 14 y 15, Thevenot, en particular, en sus Viajes, nos habla de ejércitos de langostas que arrasan los países de los cosacos. Su aumento es maravilloso y su número casi increíble: se supone que cada uno de ellos pone cerca de trescientos huevos. Los que han sido testigos presenciales informan que han visto todo el aire de Arabia oscurecido por ellos en su vuelo durante dieciocho o veinte millas. Eclipsan la luz del sol, dice Plinio, en su vuelo; la gente los mira con ansiedad y suspenso, no sea que cubran todo su país.

Son tan destructivos que han dejado al descubierto grandes territorios en unas pocas horas y los habitantes reducidos a la hambruna. Plinio nos dice además que no perdonan ni siquiera la corteza de los árboles, sino que comen todo lo que se cruza en su camino, incluso hasta las puertas de las casas. Estos, enviados sobre Faraón y los egipcios por Jehová, fueron particularmente graves: Antes de ellos no hubo langostas como ellos, ni después de ellos serán tales, Éxodo 10:14 . Sin embargo, si podemos darle crédito a Plinio, se han visto langostas en la India de un metro de largo. Ver Salmo 105:34 y Nahúm 3:17 .

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad