¿Hasta cuándo te negarás a humillarte? Esta expresión prueba claramente que la intención de Dios no era endurecer al Faraón con estos juicios singulares. Su misericordioso propósito era haberlo humillado ; es decir, haberlo llevado a un sentido justo de sí mismo ya un humilde reconocimiento de la soberanía de Jehová.

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