Y vinieron Moisés y Aarón a Faraón y le dijeron: Jehová, el Dios de los hebreos, ha dicho así: ¿Hasta cuándo no querrás humillarte delante de mí? Deja ir a mi pueblo para que me sirva.

(b) El propósito de la aflicción es que nos humillemos con verdadero arrepentimiento bajo la mano de Dios.

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