Y para que cuentes a oídos de tu hijo y del hijo de tu hijo, lo que he hecho en Egipto, y mis señales que he hecho entre ellos; para que sepáis que yo soy el SEÑOR.

(a) Los milagros serían tan grandes, que se hablaría de ellos para siempre: donde también vemos el deber de los padres para con sus hijos.

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