Y vinieron Moisés y Aarón a Faraón y le dijeron: Así ha dicho Jehová el Dios de los hebreos; ¿Hasta cuándo te negarás a humillarte ante Mí? Deja ir a mi pueblo para que me sirva. Es la misma fórmula, pero precedida de una pregunta amenazadora, pronunciada en un tono mucho más severo que hasta ahora. ¿Nunca aprendería el faraón a humillarse ante el poder omnipotente del Dios verdadero?

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