Faraón dijo: ¿Quién es Jehová? ¿Quién es Jehová? Sus pensamientos estaban llenos de la creencia supersticiosa de deidades locales o tutelares; una opinión que prevaleció generalmente entre los paganos. Por tanto, no habla como ateo, que no creía en ningún Dios; sino como un devoto ciego de dioses falsos. Estimó a Jehová como una de estas deidades locales; a quien, por tanto, finge no conocer. Moisés, en el versículo subsiguiente, le informa que este Jehová era el DIOS de los hebreos; y la siguiente serie de milagros fue para convencer al Faraón ya su pueblo de que Jehová no solo era el DIOS de los hebreos, sino el Gobernante Supremo de todo el mundo, en oposición a su fe falsa e idólatra. Ver nota en el cap. Éxodo 3:13.

REFLEXIONES.— Moisés y Aarón no se demoran. Observar,

1. Dan a conocer su mensaje con valentía. El pueblo de Dios es su porción peculiar, y aquellos que los dañan u oprimen lo hacen bajo su propio riesgo. Deben celebrarle una fiesta, y el sacrificio que apunta a la expiación es la sustancia de la fiesta. La fe en la sangre expiatoria de Jesús hace la fiesta más dulce para el alma.
2. La respuesta impía del Faraón y su total negación.

Los que oprimen al pueblo de Dios despreciarán a su Dios; no lo conocen ni le temen. Nota; (1.) La causa de todo pecado es la ignorancia de Dios; porque donde no hay conocimiento, no hay temor de él. (2.) Los pecadores obstinados pasan de la iniquidad a la impiedad. Primero ofenden, y luego desafían al Dios de Israel: pero será a su costa.

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