Soy un dios: estas palabras son un alarde insolente de autosuficiencia; como si hubiera dicho: "No temo a ningún príncipe, ni necesito ayuda; estoy sentado en un lugar de fuerza inexpugnable; los mares me rodean; estoy libre de los asaltos de un enemigo". Ver Isaías 23:9 y Lowth.

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