Mis ovejas vagaron, etc.— Siguiendo ídolos, y haciéndose una religión según su propia imaginación, llena de superstición e impiedad. Los sacerdotes y los príncipes del pueblo estaban tan lejos de llamarlos de regreso de estos vagabundeos, que fueron los primeros en seguirlos; no, e incluso ir antes, y darles el ejemplo. No había nadie para buscarlos o traerlos de regreso.

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