Versículo Ezequiel 34:6 . Mis ovejas vagaron por todos los montes. Todos se volvieron idólatras y perdieron el conocimiento del Dios verdadero. ¿Y podría ser de otra manera mientras tuvieran tales pastores?

"Errante él mismo del camino angosto;

Sus tontas ovejas, ¡con razón se extravían!"


Lector, si eres un ministro, un predicador, o una persona en las órdenes sagradas, o pretendes las órdenes sagradas, o eres uno que pretende las órdenes sagradas, mira las calificaciones de un buen pastor según lo establecido por el profeta.

1. Profesa ser pastor y estar cualificado para el oficio.

2. En consecuencia, asume el cuidado de un rebaño. Esto supone que cree que el gran Obispo de las almas le ha llamado al oficio pastoral; y ese oficio implica que ha de poner toda su diligencia en salvar las almas de los que le escuchan.

SUS CUALIFICACIONES

1. Es hábil; conoce la enfermedad del pecado y sus consecuencias; porque el Espíritu Eterno, por quien es llamado, le ha convencido del pecado, de la justicia y del juicio.

2. Conoce bien el gran remedio para esta enfermedad, la pasión y muerte sacrificial del Señor Jesucristo.

3. Es hábil y sabe aplicar este remedio.

4. El rebaño por el que vela es, en sus individuos, o bien: - 
1°. Sano y saludable. 2°. O en estado de convalecencia, recuperando la salud. 3°. O todavía bajo el poder de la enfermedad general. 4°. O, algunos están muriendo en un estado de debilidad espiritual. 5°. O, algunos están caídos en el pecado, y gravemente heridos y quebrantados en sus almas por esa caída. 6°. O, algunos han sido alejados por alguna tentación dolorosa o uso cruel. 7°. O, algunos se han alejado del rebaño, se han metido en pastos extraños, y están pervertidos por doctrinas erróneas. O, 8°. Algún lobo se ha metido entre ellos, y ha dispersado a todo el rebaño. Ahora bien, el verdadero pastor, el pastor escogido por Dios, sabe...


1. Cómo mantener sanos a los sanos, y hacerlos crecer en la gracia y en el conocimiento de Jesucristo.

2. Cómo nutrir, alimentar y cuidar a los convalecientes, para que lleguen a un estado de salud espiritual.

3. Cómo reprender, instruir y despertar a los que todavía están bajo el pleno poder de la enfermedad del pecado.

4. Cómo descubrir y eliminar la causa de toda esa debilidad espiritual de la que ve morir lentamente a algunos.

5. Cómo tratar con aquellos que han caído en algún pecado escandaloso, y restaurarlos de su caída.

6. Cómo descubrir y apartar la tentación dolorosa o el uso cruel por el que algunos se han alejado.

7. Cómo buscar y hacer volver al redil a los que se han extraviado en pastos extraños, y cuyas almas han sido pervertidas por doctrinas erróneas; y sabe también cómo, mediante una disciplina piadosa, preservarlo en el rebaño, y mantenerlo honorablemente unido.

8. Sabe oponerse, confundir y expulsar al lobo feroz que se ha introducido en el rebaño y lo está separando unos de otros y de Dios. Sabe predicar, explicar y defender la verdad. Conoce bien las armas que ha de usar y el espíritu con que ha de emplearlas.

En una palabra, el verdadero pastor entrega su vida a las ovejas; gasta y se gasta para la gloria de Dios; y entrega su vida por las ovejas, en defensa de ellas, y en trabajar por su bienestar. Y mientras está así empleado, es deber del rebaño alimentarlo y vestirlo, y procurar que ni a él ni a su familia les falten las necesidades y comodidades de la vida. El trabajador es digno de su alimento. El que no trabaja, o, a causa de su ignorancia de Dios y de la salvación, no puede trabajar, en la palabra y en la doctrina, no merece ni comida ni bebida; Y si exige por ley lo que no se ha ganado honradamente por el buen desempeño de la función pastoral, que lea este capítulo y aprenda de él de qué terrible cuenta tendrá que dar al Pastor principal en el gran día, y qué espantoso castigo se le infligirá cuando la sangre de las almas perdidas por su negligencia o ineficacia recaiga sobre él.  Ezequiel 3:17.

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