Pablo trabaja con sus manos, y en Corinto predica a los gentiles: el Señor lo anima en una visión: es acusado ante el diputado Galión, pero es despedido; luego, pasando de ciudad en ciudad, fortalece a los discípulos. Apolo, instruido más perfectamente por Aquila y Priscila, predica a Cristo con gran eficacia.

Anno Domini 56.

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