Viendo que es sólo la tercera hora del día. Los judíos que vergonzosamente imitaban a sus vecinos de Calor y bebían demasiado en la fiesta, no solían tomarse tales libertades criminales hasta después de que se ofrecieron los sacrificios y se hicieron las oblaciones; pero ahora no se habían ofrecido los sacrificios de la mañana, a los que, como algunos piensan, podría aludir San Pedro. Josefo nos dice que, en los días festivos, los judíos rara vez comían o bebían hasta el mediodía; lo cual, de ser cierto, haría más increíble la calumnia aquí referida.

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