Así daré a Sedequías, etc.— Así daré a Sedequías, etc. Houbigant.

REFLEXIONES.— Aunque, en general, la palabra del profeta fue rechazada por el pueblo, hubo algunos que la oyeron, y para quienes fue sabor de vida para vida. Y aunque, habiéndose cumplido las iniquidades de la nación, cayeron en la ruina promiscua, aun en su cautiverio Dios cuidará de ellos y hará que incluso esta providencia más aflictiva obrar por el bien de los sinceros.

1. La fecha de la visión es al comienzo del reinado de Sedequías, cuando Nabucodonosor se llevó cautivos a Babilonia al rey Jeconías ya los príncipes de Judá, y con ellos a los carpinteros y herreros; ya sea para emplearlos en sus propias obras, o para privar a la tierra cautiva de su ayuda para hacer fortificaciones y armas de guerra.
2. La visión misma consistió en dos cestas de higos, colocadas delante del templo; la única, vil y basura, que no se puede comer; el otro muy bueno. La explicación de la que el Señor le da.
[1.] Los higos buenos fueron los cautivos llevados a Babilonia: estos Dios promete considerarlos, para hacer que su cautiverio salga para su bien; los que fueron fieles deberían ser mejorados en el horno de la aflicción, y muchos que fueron de otra manera hasta entonces, deberían ser, mediante la gracia, forjados y conducidos al arrepentimiento por la visitación. Como consecuencia de lo cual, los ojos de su favor deben estar sobre ellos, deben ser nuevamente restaurados y firmemente establecidos en su propia tierra; y, mejor que todo bien temporal, el Señor se compromete a enriquecerlos con un mayor entendimiento espiritual y a otorgarles la mejor de las bendiciones; Les daré un corazón para que me conozcan, que soy el Señor, por la experiencia de su poder, gracia y amor ejercido eminentemente por ellos, y ejercido ricamente hacia ellos;y ellos serán mi pueblo, gozarán de su protección, y harán un pacto con él, y yo seré su Dios, su ayudante y defensores su porción, su sumamente grande recompensa; porque volverán a mí con todo su corazón, con sencillez y sinceridad, avergonzados de su rebeldía y sinceramente arrepentidos.

Nota. (1.) Los caminos de la providencia son misteriosos; lo que parecía la mayor aflicción, a menudo demuestra en su resultado la bendición más sustancial. (2.) La mano de Dios debe ser reconocida en todos nuestros sufrimientos; sean cuales sean los instrumentos que se empleen, debemos decir que me quedé mudo y no abrí la boca, porque fue obra tuya. (3.) Si alguna vez llegamos al verdadero conocimiento de Dios, debemos considerarlo como el don de su gracia; porque sin esto, no podemos saber nada, como deberíamos saber. (4) Cualesquiera que hayan sido nuestros pecados y rebeliones, siempre que por la gracia tengamos un corazón para volver a él, podemos estar seguros de que sus brazos todavía están abiertos para recibirnos.

[2.] Los malos higos representaban al remanente que quedó en Jerusalén bajo Sedequías, quienes, aunque estaban delante del templo, eran mucho peores que sus hermanos que habían ido al cautiverio; porque no los más grandes pecadores son siempre los primeros en sufrir; Dios les permite estar firmes para llenar la medida de sus iniquidades, mientras corrige a sus amados hijos con los azotes del amor paterno: pero su juicio avanza; ciertamente, así dice el Señor, el decreto se ha emitido, y su ejecución segura; Sedequías y sus príncipes, con el resto de Jerusalén, están dedicados a la destrucción; ni deben quedar exentos los que huyeron a Egipto en busca de refugio, ya que allí los seguirían los juicios de Dios. La espada, el hambre y la pestilencia,los consumirá; y los que sobrevivan serán condenados a una esclavitud miserable, peor que la muerte; esparcidos por todas las tierras para su daño, donde no tendrán trato para administrarse amistoso consuelo el uno al otro; y siendo endurecidos, en lugar de arrepentidos, bajo sus sufrimientos, su yugo debería hacerse pesado, y sus personas despreciables y odiosas; deberían ser un reproche, un proverbio, una burla y una maldición, en todos los lugares adonde Dios los lleve;y esto parece tener una referencia, no solo a sus desolaciones bajo Nabucodonosor, sino también a esperar su última y más terrible destrucción por parte de los romanos; y la verdad de la predicción aparece verificada este día en ese pueblo infeliz, que vive bajo la evidente maldición de Dios y el desprecio de todas las naciones adonde están esparcidos.

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