And they arrived at the country of the Gadarenes,— Though we have given, in the notes on St. Matthew, an explanation of the principal circumstances of this remarkable miracle; yet, as it contains so full and satisfactory an account of real possession, and demoniacal agency, I cannot refuse my reader the extracts following from Dr. Ward's Dissertation on the subject, as they not only concur with, but strongly confirm the opinions which I have advanced in the notes onSt. Matthew. Observe we then, that the case of the man among the tombs is told with some remarkable circumstances: he is here described as wholly unconversable; so fierce, that no one durst come near him. He had lived a long time in this condition, and therefore was neither capable, nor had any opportunity, of knowing any thing concerning Christ or his character. Besides, it is plain that he could not be apprized of his coming at that time, forthe ship sailed over from the other side in the night; and so soon as Christ came ashore, and the man saw him at a distance, he ran to him and worshipped him; Lucas 8:28 .

¿Son estas las acciones de un simple loco, feroz e indignante? ¿Qué podría darle este giro repentino a su mente, mientras Cristo aún estaba lejos de él? Y cuando se acercó a Cristo, y Cristo le habló, ¿cómo podría conocerlo y confesarlo como el Hijo del Dios Altísimo?de quien nunca antes había oído hablar? Lo que dice además es agradable a los desvaríos de un loco, si viniera de él mismo; pero que no pudiera, parece muy claro por su inconsistencia con su verdadera confesión de Cristo, para quien era completamente un extraño; aunque considerando todo lo que dice como proveniente de un espíritu maligno, el todo está en carácter; ni los habitantes de la ciudad vecina parecen saber más de Cristo que este hombre, a juzgar por su conducta. Por tanto, todas las circunstancias consideradas debidamente, resultará muy evidente que el caso de este hombre no podía ser simplemente el efecto de la locura, sino que era una posesión real. En el presente caso, las circunstancias mencionadas son tales que no pueden explicarse de otra manera que una posesión real.

San Lucas observa que Cristo primero les habló a ellos, oa uno de ellos, ( Lucas 8:29 y ver Mateo 8:28 .) Y ordenó al espíritu inmundo que saliera de él. Si esto fue dicho al hombre, y no al diablo, por espíritu inmundo debe entenderse la enfermedad: y como Cristo nunca habló en vano, el hombre debe haber encontrado inmediatamente algún cambio para mejor en sí mismo, y por lo tanto podría no le he preguntado después de esto, si había venido a atormentarlo. Pero que este discurso fue entre Cristo y el espíritu maligno parece aún más evidente en un caso anterior de la misma clase, que sucedió cuando Cristo era aún menos conocido, y está registrado por San Marcos, Marco 1:21, &C.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad