Gilgal; porque allí los aborrecí, porque allí se volvieron aborrecibles para mí, por sus prácticas abominables, los arrojaré, etc. Es decir, "ya no los consideraré como mi familia, mis hijos y mis sirvientes". Ver el cap. Oseas 8:1 . La primera gran ofensa de los israelitas, después de su entrada en tierra santa, se cometió cuando acamparon en Gilgal; a saber, la peculación sacrílega de Acán.

Allí, dice Dios, de antaño estaba mi disputa con ellos; ya esto, creo, aluden estas palabras. Gilgal fue el lugar donde los ejércitos de Israel, al entrar en Canaán, acamparon por primera vez; donde Josué colocó las doce piedras, tomadas por orden de Dios de en medio del Jordán, en memoria del paso milagroso a través del río.

Allí se celebró la primera pascua y se disfrutaron por primera vez de los frutos de la tierra prometida. Allí se le apareció a Josué el capitán del ejército de Jehová. Allí se renovó el rito de la circuncisión, que había sido omitido durante los cuarenta años de vagabundeo del pueblo por el desierto. Y en los días del profeta Samuel, Gilgal parece haber sido un lugar aprobado de adoración y holocausto. Pero en tiempos posteriores se desprende de Oseas y su Amós contemporáneo, que se convirtió en un lugar de gran recurso para propósitos idólatras. Y estas son las iniquidades de Gilgal, de las que habla aquí el profeta. Ver al obispo Horsley.

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