No mires el vino, etc.— El vino tinto es más estimado en el oriente que el blanco; y se nos dice en los viajes de Olearius, que es costumbre entre los cristianos armenios en Persia, poner madera de Brasil o azafrán en su vino, para darle un color más alto, cuando el vino no es tan rojo como a ellos les gusta; no toman en cuenta el vino blanco. Menciona lo mismo también en otro lugar. Estos relatos de que pusieron madera de Brasil o azafrán en sus vinos para darles un rojo más profundo, parecen descubrir una energía de la palabra hebrea יתאדם yithaddam, que se usa aquí, como nunca vi en ninguna parte. Es de la conjugación llamada hithpael,que, según los gramáticos, denota una acción que se vuelve sobre el propio agente: no siempre es así, se puede observar con precisión, pero en este caso debería parecer que debería tomarse de acuerdo con el rigor de la gramática, y que insinúa que el vino se está volviendo más rojo, por algo que se le pone.

No mires el vino cuando se enrojece. De hecho, de Isaías 63:2 parece que algunos de los vinos de Judea eran naturalmente tintos; pero también lo son esos vinos en Persia, sólo que más profundamente teñidos por el arte; y esta coloración es aparentemente para hacerlo más agradecido y tentador a la vista. Ver las Observaciones, p. 191.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad