Alabadle, sol y luna— El salmista procede a invocar a la parte inanimada de la creación, así como a todas las criaturas vivientes, para alabar al Señor; quien ha expuesto su sabiduría, poder y magnificencia más trascendentes, en una variedad de obras estupendas, que no hay el más pequeño de ellos, sino que ministra tal motivo de alabanza y admiración a quienes los consideran atentamente, que no pueden dejar de desear , con el salmista aquí, que cada uno de ellos pudo decirnos cuánta habilidad ha demostrado en su invención; o que pudimos descubrirlo y comprenderlo completamente. Así debe entenderse el salmista cuando llama a todas las criaturas a alabar al Señor. Por la expresión de los cielos de los cielos,en el versículo siguiente, no se refiere, como de costumbre, al cielo más alto, el lugar del trono de Dios; pero aquí, después del sol, la luna y las estrellas de luz, que representan todo el cuerpo y la esfera de los cielos, siguen los cielos de los cielos y las aguas sobre los cielos; donde, como, con toda razón, los cielos de los cielos, no son sino el más alto de esos cielos, sobre una parte de la cual se colocarán las aguas ; así que, en caso de que las aguas no sean más altas que la región del aire donde están las nubes, las regiones más altas del cuerpo de aire deben resolverse para ser lo que aquí se entiende por los cielos de los cielos.

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