Porque sabiamente considerarán— Porque entenderán, etc.

REFLEXIONES.— Primero, tenemos aquí, 1. David, con miedo, clamando a Dios por protección y seguridad. 2. Abre ante Dios la maldad de sus enemigos. Nota; (1.) El pueblo de Dios ha sido en todas las épocas el blanco de la lengua maligna; y se han pronunciado generosamente contra ellos amargas palabras de reproche e infamia. (2.) Los pecadores atrevidos se endurecen unos a otros; y, habiendo abandonado el gobierno de Dios, se enorgullecen de poder eludir su omnisciencia y prometerse impunidad en sus iniquidades. (3.) Los que se empeñan maliciosamente en hacer daño, no se detengan ante sus designios: ¡cuán pocos cristianos sirven a su Señor con tanta asiduidad, de corazón y mano, como los siervos del diablo a su amo!

2. Aunque los impíos digan: Dios no verá, los convencerá terriblemente de su necedad.
1. Por sus juicios. Dios les disparará con una flecha; de repente serán heridos: una de sus flechas hará una ejecución más terrible que todas las de ellos; traspasará sus corazones y los dejará muertos a sus pies, en medio de su falsa y fatal seguridad. Nota; (1.) Cuando Dios golpea, golpea a casa y no hay escapatoria. (2.) Las horribles imprecaciones de los apasionados y profanos, traen sobre sus propias almas esa condenación que tan impía y precipitadamente denuncian sobre los demás.

2. Los efectos de estos juicios serían grandes; el temor de sus plagas hará huir a los espectadores para salvarse de morir entre ellos. Todos los que lo vean, llenos de convicción, considerarán y reconocerán la justa venganza de Dios, y la declararán como una amonestación para la nueva generación. Los justos se alegrarán al ver a Dios glorificado, y se regocijarán en su salvación, así manifestada para ellos; y, por la experiencia actual de su amable intervención, anímese a confiar en él en todos los peligros futuros.

Nota; (1.) Es sabio aprovechar los sufrimientos o castigos de otros. (2.) Muchas advertencias se pierden por desconsideración. (3.) Los perseguidores del pueblo de Dios deben leer, aprender y temblar, mientras la puerta de la esperanza aún esté abierta. (4.) Aunque la miseria de un enemigo, simplemente considerada, no puede ser el deleite de un buen hombre; sin embargo, ser rescatado del opresor y ver ejecutados los justos juicios de Dios es una cuestión de gozo. (5.) Los que confían en Dios, encontrarán en él su gloria.

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