No vemos nuestras señales, ninguna señal de su divina presencia entre nosotros. El obispo Patrick concluye de la siguiente cláusula, que este salmo fue compuesto hacia el final del cautiverio, porque el escritor se queja aquí de que no quedaba ningún profeta (como lo había al principio, en particular, Jeremías) para decirle a los judíos cuánto duraría.

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